martes, 26 de junio de 2012


FRIDA KAHLO CALDERÓN

N. y m. en Coyoacán, Distrito Federal (1910-1954). Estudió en la Escuela Normal para Maestros y en la Escuela Nacional preparatoria de la Ciudad de México. A los 16 años de edad fue atropellada por un autobús: Sufrió once fracturas en el pie derecho, dos en la pelvis, dos en la columna vertebral y una en el codo izquierdo; una varilla de hierro, además, le atravesó el tronco. Las consecuencias del accidente las sufrió toda la vida.  
Empezó a pintar  durante la larga convalecencia. Primero fue realista –rosas, caballos, niñas -;  después, a causa de la tragedia íntima de su cuerpo hecho pedazos, pintó cosa extrañas, oníricas, a veces de una brutal expresión; y finalmente practicó el surrealismo, el arte de los volúmenes disgregados en  la propia conciencia. Hay en su obra una dualidad entre las fuerzas deprimentes y las hermosas de la tierra y el sexo, de gran ternura maternal que nunca conoció.
Su obsesión fue el hijo, imposibilitada para tenerlo,  y uno de sus  temas favoritos y persistentes, junto con el folclore y el popularismo como pretexto. En 1929 contrajo nupcias con el pintor Diego Rivera; se “descasó” en 1940 y se volvió a casar en 1941. Fue maestra de pintura en la Escuela de Artes Plásticas  de la Secretaría de Educación Pública (La Esmeralda) y miembro del Seminario de Cultura  Mexicana.
En 1938 efectuó su primera exposición personal en la Galería Pulien de Nueva York. Exhibió trabajos en la Exposición de Arte Mexicano y en la Galería Pierr cele, de París y en numerosas ocasiones en México.   Pintó mucho y bueno; sobresalen: Mi nana y yo, Los habitantes de México, Autorretrato de tehuana,  El nacimiento y Nueva York. Museos célebres de  Europa y Estados Unidos poseen cuadros suyos.


UNA BALLENA
Del libro: Cuentos de cinco minutos
    Una vez, cerca de la playa apareció una ballena. La ballena salió del mar poco a poco, primero se vio un chorro de agua que subió muy alto, igual que una fuente. Después fue sacando el cuerpo enorme y quedó flotando sobre las olas como una montaña blanca.
   La ballena entonces miro hacia unos niños,  que jugaban en la playa, y sonrió. La ballena no hablaba como nosotros, la ballena hablaba en música. Y hay que escucharlas  con mucho cuidado para entenderlas. La ballena dijo:  -…ti…ti…ti y volvió a repetir varias veces, hasta que los niños entendieron qué quería decir.  – Soy ti…ti…ti…era el nombre de la ballena que en música sonaba así.
   La ballena estuvo todavía un rato mirando a los niños y después volvió a hundirse en el mar. ti…ti…ti… es la ballena más grande que existe en el mundo y vive en el polo norte. Ti…ti…ti… quiere a todos los niños de la tierra y le gusta jugar con ellos –ti…ti…ti…viaja por el fondo de los mares, igual que un submarino, y se asoma a las playas para ver a sus amigos.
   Al día siguiente la ballena volvió a salir. Y en cuanto la vieron aparecer los niños, desde la playa, empezaron a llamarla: - ¡ti…ti…ti…!   -¡ti…ti…ti…! Y se metieron al mar para acercarse nadando. La ballena que seguía flotando muy tranquila cuando los niños estuvieron cerca, abrió la boca enorme… ¿Y sabes lo que ocurrió…?
   Pues que los niños pudieron ver que ti…ti…ti… por dentro, era igual que una casa preciosa, con el suelo, las paredes y el techo de color rosa y tan blandito que , aunque te dieras porrazos, nunca podrías hacerte daño. Tenia una fuente de la que Salía leche, para beber si tenían sed.
   Y había una bandeja llena de galletas, que podían saber a lo que más te gustara, por si tenías hambre. Y para que te acostaras, si querías dormir, había camas de espuma de mar. Lo más maravilloso de ti…ti…ti… la ballena blanca es que si estas con ella, nunca tienes miedo.
   A su lado los niños pueden nadar muy lejos aunque no hagan pie, o meterse bajo el agua y bucear igual que los peces. A la ballena blanca le gusta pasearse horas y horas con la boca abierta, mientras sus amigos se bañan, para que puedan entrar si se cansan de nadar, o tienen sed, o quieren comer.
 
   A ti…ti…ti… tampoco le importa que los niños jueguen con sus balones, salten y corran, dentro de ella, igual que si estuvieran en su casa. En invierno, cuando las playas están vacías y ya no hay niños que se tumban en la arena, ti…ti…ti… la ballena blanca, no se olvida de sus amigos. Los visita por las noches  para llevarlos a navegar.

   Aparece y les dice hablando en música: -Soy ti…ti…ti… Con la ballena blanca se puede bajar hasta el fondo del mar. Y ver a las sirenas que viven en sus palacios  de nácar. Y a los caballitos del mar que corren por los bosques de coral. .y a los barcos hundido que guardan tesoros de oro y plata.

   Dentro de ti…ti…ti…los niños, si quieren, pueden recorrer todos los mares. Los mares azules donde nadan los peces chiquitos. Los mares verdes donde viven las tortugas y las serpientes de mar. Los mares obscuros donde los peces tienen que llevar luces de colore para no perderse.

   Y si el viaje es muy largo. Y a los niños les da sueño, pueden acostarse a dormir tranquilos escuchando el corazón de la ballena que suena así: tac…tac…tac…

lunes, 25 de junio de 2012

SÁFIRA FILOSÓFICA

ARGUYE DE INCONSECUENTES EL GUSTO Y LA CENSURA DE LOS HOMBRES
QUE EN LAS MUJERES ACUSAN LO QUE CAUSAN

Hombres necios que acusáis
A la mujer sin razón,
Sin ver que sois la ocasión
De lo mismo que culpáis

Si con ansia sin igual
Solicitáis su desdén,
¿Por qué queréis que obren bien
Si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia
Y luego, con gravedad,
Decís que fue liviandad
Lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo
De vuestro parecer loco,
Al niño que pone le coco
Y luego le tiene miedo.

Queréis, con presunción necia,
Hallar a la que buscáis,
Para pretendida, Thais,
Y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro
Que el que, falto de consejo,
Él mismo empaña el espejo,
Y siente que no este claro’

Con el favor y el desdén
Tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Opinión, ninguna gana,
Pues la que más se recata,
Si no os admite, es ingrata,
Y si os admite, es liviana

Siempre tan necios andáis
Que, con desigual nivel,
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.

¿Pues como ha de estar templada
La que vuestro amor pretende,
Si la que es ingrata ofende,
Y la que es fácil, enfada?

Mas, entre el enfado y pena
Que vuestro gusto refiere,
Bien haya la que no os quiere
Y quejaos en hora buena.

Dan vuestras amantes penas
A sus libertades alas,
Y después de hacerlas malas
Las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa a tenido
En una pasión errada:
La que cae de rogada,
O el que ruega de caído?

¿O cual es más de culpar,
Aunque cualquiera mal haga:
La que peca por la paga,
O el que paga por pecar?

Pues para que os espantáis
De la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
O hacedlas cual las buscáis.

Dejad de solicitar,
Y después con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo
Que lidia vuestra arrogancia,
Pues en promesa e instancia
Juntáis diablos, carne y mundo